La miel es un líquido viscoso, y presentará textura fibrosa bajo temperatura normal durante el proceso de envasado que dificultará el sellado del empaque. Por eso, nos encargamos de calentar la miel aproximadamente 60 grados. Bajo esta temperatura, la miel no tendrá textura fibrosa y su envasado y sellado será mucho más fácil.
Envasadoras recomendadas: